Una espectacular y majestuosa fortaleza en plena Bretaña francesa el Castillo de Josselin, situado en la localidad homónima deslumbra a los visitantes por tratarse de un conjunto formado por piezas de la Edad Media que alberga además el Museo de las Muñecas.
Construido en el año 1008 por orden del vizconde de Rohan el Castillo de Josselin se encuentra abierto al público y es posible recorrerlo casi en su totalidad, comenzando por la fachada principal a la que se accede desde la ciudad y que se encuentra precedida por un gran jardín de estilo gótico-flamígero, mientras que otra de las caras del castillo tiene vistas al canal de la localidad, lugar por donde pasa el río Oust.
Ya en el interior del Castillo de Josselin se abre al visitante un mundo increíble donde abundan los elementos de la Edad Media como esculturas, cuadros, alfombras y muebles de la época. En la primera planta está el gran comedor con la estatua del Conde Oliver, se trata de una sala restaurada en el siglo XIX, mientras que en la antesala abundan los retratos familiares y una gran escultura del Duque Alain de Rohan, realizada por el famoso escultor Rodin.
Una de las habitaciones principales del castillo es la denominada Sala de Estar, totalmente amueblada con elementos del siglo XVIII también en este ambiente existe una chimenea construida en el siglo XVI con una gran base de granito y un reloj de 1770 regalo del rey Luis XV a la familia.
Otro de los espacios verdes del castillo es el llamado Jardín Francés, creado por paisajista Achille Duchêne, un lugar donde abundan árboles ancestrales, además de secuoyas y cedros, pero también sorprenderán al visitante las magníficas estatuas de animales sobre todo de leones situados en el foso , en tanto que en el Jardín de las Rosas es posible admirar cuarenta variedades de estas flores.
En las antiguas caballerizas de la fortaleza funciona el Museo de las Muñecas, un lugar mágico que hara las delicias de adultos y niños. Creado por Antoinette de Rohan en este museo se exponen todas las muñecas que estaban en el desván del castillo y que pertenecieron a sus antepasados con unas cinco mil piezas entre peluches, muñecas, libros infantiles y juegos.
