Situada en Europa del Este Moldavia es un país que aún no se ha hecho conocido popularmente como destino turístico a pesar de contar con una rica historia que acerca a sus visitantes a un pasado interesante y a un presente que crece.
Haciendo frontera con Rumania y Ucrania, la pequeña República de Moldavia fue ocupada durante siglos por varios pueblos vecinos entre ellos los dacios, una de las primeras culturas que se asentaron en la zona, un área importante en la antigüedad por ser un importante punto en la ruta de occidente a oriente.
Después de la caída de la Unión Soviética la República de Moldavia logró su independencia y logró abrirse al mundo brindando una excelente opción de turismo gracias a sus verdes valles situados entre los ríos Prut y Dniéster.
Entre los lugares recomendable para visitar en Moldavia se encuentra la ciudad de Chisinau, capital del país, con un casco antiguo interesante a pesar que aún debe reconstruirse es una muestra viviente de ciertos monumentos y edificios que muestran su intrincada historia.
A nivel mundial uno de los atractivos monumentales más famosos de Moldavia es la fortaleza de Soroca, una construcción muy antigua que muestra cómo era la arquitectura militar en el pasado, mientras que para aquellos que gustan de la arqueología y de descubrir los pasados más remotos en Orheiul Vechi podrán admirar ruinas muy antiguas que comienzan en el siglo III a.C.
A unos 70 kilómetros de la ciudad de Kishinev se encuentra la localidad de Tiraspol, que fuera en el siglo pasado una frontera rusa y que se ha transformado hoy en uno de los centros industriales más importantes del país, mientras que para quienes deseen conocer una de las ciudades más antiguas de Moldovia deben llegar hasta Benderi con su fortaleza que data del siglo XVII.
