Rumanía: siguiendo la leyenda de Drácula

Drácula es uno de los personajes históricos más fascinantes y carismáticos que Hollywood se ha encargado de enaltecer y por los que bien merece la pena acudir a Rumanía y visitar su imponente y bello castillo, pero no nos confundamos: el país del este europeo es mucho más que una historia de palomitas Realizar un circuito organizado por Rumanía nos trae otras joyas como el Lago Rojo, otro rincón de leyenda, paisajes de infarto en los Cárpatos, la ciudadela medieval de Sighisoara: Patrimonio Mundial de la UNESCO y Bucarest, una de las capitales que suponen ser un tesoro oculto, como la imponente imagen del mayor edificio parlamentario del mundo.


Imagen: exoticca.com

Drácula: un mito que creció desde el celuloide

¿Cómo se convirtió Vlad Tepes "El Empalador", príncipe de Valaquia del siglo XV en el famosísimo conde Drácula? Primeramente gracias al libro que vio la luz a manos del escritor irlandés Bram Stoker en 1897, quien se basó en las peripecias del hijo del rey de Rumanía para crear su mítica figura literaria, y que después se popularizó de forma masiva al ser llevada al cine en multitud de ocasiones y reproducida en otros tantos relatos. Y es que la vida de Vlad bien merecía un relato a la altura del de la leyenda del Conde Drácula (apodo que viene del término rumano dráculea, que significa "hijo de Drácul", nombre con el que se conocía a su padre, quien integraba la Orden del Dragón). Enemigos que son duramente condenados a morir empalados, sangre recogida de éstos que es consumida junto con pan, el atuendo de la capa con la que los integrantes de la Orden del Dragón se cubrían y la mitología de que los murciélagos con su presencia se creía que traía la muerte terminaron por dar forma a la leyenda.

Más allá de la leyenda

El castillo de Bran merece una visita no sólo por ser el emblemático hogar de Drácula: su arquitectura y antigüedad, convertida en monumento nacional, están muy por encima del mero hecho de creerse el lugar donde habitaba el vampiro. Pero no es lo único que en una visita a Rumanía podemos encontrar: Sighisoara (ciudad natal de, sí, nuevamente Drácula) es una bellísima ciudad situada en los Cárpatos que conserva de forma perfecta su fisionomía medieval, el Lago Rojo como culmen del recorrido del cañón en el que se encuentra el río Bicaz supone una postal que te trasladará a la naturaleza más apacible, el colorista castillo de Peles complementará nuestra imagen del tipo de fortalezas militares rumanas y por último para completar el listado, pero no todas las maravillas que esconde Rumanía, las ciudades de Sinaia y Bucarest contentará a los más urbanitas sedientos de cultura.
 
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